TOCANDO PUERTAS

Al volver y recorrer las calles de mi pueblo vi tantas puertas cerradas, con aldabas, cerraduras, cerrojos, candados, chapas, bisagras oxidadas y corroídas por el abandono y el olvido.
Puertas dormidas en el tiempo que encierran mil historias y miles de recuerdos. 
Tras ellas oigo voces del pasado, risas, canto y alegrías, también profundo silencio, soledad, suspiros, dolor y llanto.
Me dio tanta nostalgia verlas tan tristes descoloridas y viejas y me atreví a tocar alguna de ellas que eran las casas de algunos amigos y familiares y sólo el eco del silencio me respondió; abrí una que ya ni cerrojo ni tranca tenia y escuche el sonido más triste de mi vida, chirrido agudo y largo, gemido, gruñido y llanto de dolor profundo que conmovió mi alma y solo atiné a traerte cuando menos una foto para que la reconozcas y recuerdes cuál es tu puerta…